jueves, 24 de febrero de 2011

SUEÑOS, ANDANZAS Y CAÍDAS BUSCANDO LA CONSTRUCCIÓN DE LA CARRETERA.


 

LA PARTIDA
Habían salido de Lima con mucho entusiasmo  en el vehículo donde iban Cornelio Aguirre, Godo Díaz, Javier Blua, Manuel Cunza, José Zaragoza entre otros.  Los cantores, los aficionados al vaso, los dicharacheros se fueron perfilando en el camino. Cada quien era mejor cantor que el otro,  cada quien el más locuaz, el más florero.  A pesar de ser de diversas tendencias políticas y actividades se constituyeron en un grupo sólido en pro de la construcción de la Carretera Chacas Crahuaz por la  Punta Olímpica. Iban con destino a Chacas via Chavín, pues por primera vez llegaría a nuestro pueblo el Presidente CRYRZA (Comisión De Reconstrucción Y Rehabilitación En La Zona Afectada).
 La velocidad de la camioneta iba en aumento como el ímpetu  de todos, hasta que en el tramo de la carretera que serpentea la laguna de Conococha una exigencia fisiológica lo obligó a Manuel Cunza pedir al conductor detener el vehículo un instante. En la oscuridad dio unos pasos y el último en el vacío que lo hizo rodar  de manera implacable. Los alegres cantores del interior de la camioneta bajaronn a auxiliarlo. Lo levantaronn con el terno polvoriento, magullado y el labio roto. En la oscuridad, había caída al filo de una piedra.
La sangre de salía a borbotones y no había como calmarle la hemorragia. Unos opinaban ponerlo de cúbito dorsal, otros suministrarle un buen trago de wisky, receta que determinaron suministrarle. Aunque la hemorragia no amainaba del todo, el dolor había disminuido, o tal vez había mas wisky en sus venas. Solucionado el problema de alguna manera enrumban nuevamente hacia Chacas y llegan a Chavín.
En Chavín como en todo pueblo de antaño no había ni una posta médica, un sanitario; solo una viejita aficionada al arte de Hipócrates, quien se ofrece hacer una sutura artesanal de la herida de Manuel. Apertrechada de una aguja de costurera, un tramo de hilo blanco, alcohol puro de Paramonga, la accidental enfermera, sin anestesia que facilitara su trabajo empezó la sutura de la herida. Haciendo punto cruz, como le había enseñado la profesora de costura,  juntando los extremos de la herida del labio inferior mientras por las mejillas del paciente iban rodando gruesas lágrimas de dolor, concluyó su labor. Parangonando a Borges podría haberse dicho: “Héroe no es solo aquel que muere en un campo de batalla sino también aquel que puede soportar a pie juntillas el cosido del labio roto sin anestesia”.
El dolor era realmente insoportable y para evitar su intensificación durante las comidas Manuel tenía que tomar la sopita para enfermos con un trozo de tallo de alcacer que hacía las veces de sorbete. Cada desayuno, cada almuerzo y cena fue por muchos días, para él, un suplicio que había que soportar por el pueblo al que tanto quería.
EL AGASAJO
Cuando llegaron Chacas con la resaca, la malanoche, la sed y el labio roto la recepción apoteósica con la que fue recibido el alto funcional departamental los impresionó. Y nuevamente se vieron obligados a darle con los de Baco y acercase al presidente.
Era en efecto la primera vez que llegaba un alto funcionario del departamento a Chacas, que para ese entonces no existía ni en el mapa mas minucioso. No se escatimaron esfuerzos ni gastos, las autoridades habían previsto banda de músicos, ramos de flores, banquete, danzantes de toda laya para que el huésped se sintiera como un monarca. Emocionado por tanta algarabía y tributación el alto funcionario ofreció el oro y el moro. Desde el balcón del Municipio anunció terminar e inaugurar la Carretera en la Fiesta de Agosto, pues había un avance considerable. Y toda la gente aplaudía a rabiar pues después de tanto bregar alguien ofrecía la conclusión de una obra tanta importancia.
EL RETORNO
El viaje de retorno a Huaraz lo hicieron junto al presidente de CRYRZA y su comitiva; dos camionetas los esperaban en la rinconada. No sospecharon lo que les esperaba cuando llegaron a la rinconada exhaustos después de haber caminado por la rocas abruptas y el pajonal resbaloso como quien dando razón a Antonio Machado quien decía: “Caminante no hay caminos el camino se hace al andar, y al volver la vista atrás se ve la senda que nuca se volverá a pisar”. En este caso tuvieron que pisarlo una y mil veces por no hubo carretera por un buen tiempo desmintiendo la promesa del funcionario departamental.  
Pues cuando llegaron a la rinconada vaya sorpresa que se llevaron, estaban las camionetas; pero al chofer se lo había tragado algo, no había por ningún lado. Se había ido caminado el muy audaz  dejando a su jefe a merced de la puna. El presidente ordenó la búsqueda del chofer. Mientras tanto decidieron caminar. Y luego de caminar y caminar por largo tiempo un derrumbe nuevamente les reto el paso, justo cuando la noche empezaba a oscurecer todo. Tuvieron que rodear el lodo pastoso tanteando en la noche para poder pasar. Así pudieron llegar a las siete de la noche a un puente caído saliendo de Shilla. Ya con las camionetas, pues el chofer huidizo había sido localizado, y conducía una de la camionetas, la camioneta que este manejaba precisamente se atolló en en rio. Los intrépidos  ayudantes  del    presidente hicieron lo imposible para sacar la camioneta y nada. Solo pudo la imaginación de alguien que sugerió jalarla con la otra que ya había pasado.
DON JUAN
En el ínterin de la travesía a todos se les iba la babita cuando miraban a la linda enfermera que acompañaba al presidente. Todos querían ayudarla, hacerla pasar el barro, cubrirle de la lluvia, y que ni el viento con sus suaves ondas tocara su dulce encanto de mujer. Uno de los viajeros chacasinos, que no voy a decir quien por no hacerlo sonrojar, con mucho esfuerzo logró sacarle la dirección del dulce hogar donde reposaba sus embrujos para visitarla e invitarla a tomar una tacita de café. El papel aquel, el de la dirección, lo cuidaba como oro en polvo.
Ya en Huaraz luego de la jornada terrible que les había tocado vivir, una vez recompuesto, pues habían llegado a las dos de la mañana, se acicalo como Dios manda y se fue muy romanticón a visitar a la bella enfermera tarareando: “Huarasinita prendita mía porque no miran tus ojos este cariño…”. Preguntó, torció esquinas para darse cuenta que la enfermerita lo había timado, pues en la dirección estaba instalada una comisaria.
Los chacasinos de la camioneta emocionados convocaron a una reunión en Club de la  Unión de Lima para celebrar tamaña hazaña (El de pronta inauguración de la Carretera). Hubo harta comilona, trago, y baile. Pues se había conseguido lo que nunca antes nadie había conseguido una ancha carretera hacia Huaraz por lo menos en palabras del presidente de CRYRZA. Pero, paso agosto, y otro, y otro,  y  nunca llegó el funcionario a inaugurar nada, ni carretera, ni la piscina temperada.
UN VIAJE DE LOS DIECINUEVE
Del los diecinueve viajes que se hizo en pro de Carretera Chacas Carhuaz uno fue este que junto con el Ing. Luis Heysen Zegarra, por entonces funcionario de la Región, ahora lamentablemente fallecido, hicieron nuestros paisano José Zaragoza y Antonio Noriega. Los trabajos iban viento en popa y pronto tendríamos carretera Carhuaz Chacas, la que hasta ahora estamos usando.
Al retorno invitaron al Ingeniero Heysen a una cena para hablar de asuntos relacionados a los trabajos de la carretera, que el muy expedito acepto. Sin embargo unos minutos antes de la cita se disculpo arguyendo una compromiso familiar, más precisamente por el cumpleaños de su suegra que no se había acordado. Y donde manda suegra...
Ante esa noticia hubo incredulidad por parte de Antonio y José. No se quedarían sin saber si el el ingeniero Heysen no estaría buscando cualquier excusa para no asistir a la cena. Así que se fueron a la casa del Heysen y efectivamente encontraron movimiento de gente ingreso de cajas y otros menesteres. Así que se fueron a una tienda cercana y adquirieron un regalo como para suegras y se hicieron invitar solos.
Cuando la fiesta empezó ellos ya estaban bien apoltronados junto a los demás invitados que ni siquiera conocían.  Empezó la jarana, bailecito por acá bailecito por allá y llegó el ingeniero Heysen, y se sorprendió de verlos, pero entendió inmediatamente que tendría que hablar  durante toda la noche de la Carretera Chacas Carhuaz. Y partir de esa fiesta la amistad se estrecho entre ellos.

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