El Sr. Ramiro Mendoza Abarca, ex-alcalde de nuestra provincia, durante su gestión construyó los ambientes en las que ahora está instalado el Museo Arqueológica de Chacas. No se supo nunca en qué condiciones de negociación se empezó la construcción, ni si sabia o no, que el terreno era propiedad de la Prelatura de Huari. Han pasado ya muchos años y creo que en general que la construcción de los ambientes en ese espacio “público” estuvo bien pensada.
Sin embargo, un grupo de ciudadanos nos opusimos en su momento, a la posibilidad de distorsionar nuestro patrimonio arquitectónico, legado de nuestros ancestros y que formaban parte de nuestros usos, costumbres y tradiciones. Pues, el entonces señor alcalde, muy autónomo, si cabe el termino, no tuvo ningún recato en no escuchar la opinión de ciudadanos, que teníamos el derecho de opinar. Y de un plumazo eliminó las escalinatas que conducían a la puerta de ingreso de la Escuela Artesanal don Bosco, mutilando así una parte del tradicional malecón que diseñara el Sr. Severo Castillo, arquitecto y perseguido político que contribuyó en el desarrollo arquitectónico de nuestro pueblo. Del mismo modo la terquedad, soberbia y falta de criterio de alguno de nuestros alcaldes talaron los cuatro cipreses ( o pinos como los llamábamos). Así nuestra Plaza de Armas ha sufrido la mutilación o introducción de elementos ajenos al contexto arquitectónico original (como las piedras arequipeñas en el fachada del municipio, cuando hay tanta piedra de mejor calidad en Chacas).
Digo todo esto, porque creo en la necesidad urgente de concluir la construcción de la Plaza de Armas de Chacas. Sin embargo, me parece una idea excelente la de don José Zaragoza de solicitar a las entidades públicas correspondientes (INC), que Plaza de Chacas y si se quiere el centro histórico sea declarado patrimonio arquitectónico del Perú. Esto con el afán de asegúrarnos que no se le ocurra a alguien construir talvez una casa china o un edificio en plena plaza de armas rompiendo el orden arquitectónico de nuestro pueblo. O que a cualquier alcalde iluminado se le ocurra meterle cemento y hacer una pileta o cualquier adefesio como ha sucedido en tantos pueblos (Recuerdan el Cristo que hizo construir Waldo Ríos en la Plaza de Huaraz).
Esto no quiere decir que en la plaza no debamos de hacer nada. No, lo que sugiero es que las autoridades convoquen a los profesionales en el tema (arquitectos, ingenieros civiles, sociólogos y especialistas en turismo). Con la finalidad que a partir de un estudio del fin y utilidad de una plaza, de la continuidad de nuestras tradiciones y el respeto al patrón arquitectónico hagan un diseño apropiado para el caso.
Particularmente creo que la plaza debe ser espacio público de atracción turística que se articule con el resto de los elementos que lo conforman: casas, calles, etc. Para qué necesitamos una plaza; ¿para caminar?, no; para eso están las calles. Para disfrutar un domingo sentado alrededor de una fuente de chocho, puede ser. Espero que Sr. Alcalde tenga en cuenta todos todos estos aspectos y otros que le alcanzarán seguramente.
Nota aclaratoria: En la encuesta dice: "sucesor", cuando debe decir: "antecesor".
Nota aclaratoria: En la encuesta dice: "sucesor", cuando debe decir: "antecesor".