martes, 10 de mayo de 2011

AHUASHINCA

Vista norte desde las oficinas de la UGEL

Hoy que tengo un poco de tiempo y al frente de la oficina un sembrío verde y lozano de maíz, me he propuesto estimular, mismo Pavlov, las glándulas salivales de mis gentiles y no gentiles lectores, porque también tengo algunos irascibles lectores que de vez en cuando me endilgan algunos adjetivos no muy amables para mi gusto.
Hoy, 10 de mayo, (cumpleaños de mi padre) pretendo llevarme unos lechosos choclos de la chacra del frente para prepárame una deliciosa Ahuashinca salpicada de huevo de corral y despachármelos junto a una taza de retinto y caliente café. Estas son las prerrogativas dietéticas que nos permiten el hecho de vivir en estas serranías exuberantes en choclos, habas, papas tiernas, y otras delicias.
Si hablamos del choclo podríamos también referirnos al Cuway, una maza de choclo aplanada, cubierta por dos hojas del elemental aliso y cocidas a fuego lento en la bicharra de la casa. O la Shaktanka, que se prepara con el choclo molido y el jugo de la caña,  envuelta en la panca del choclo y cocinada en agua. Una delicia que quienes viven lejos de estas tierras  no podrán saborealas. Además de las humitas a las que se les puede poner como relleno pasas, guindones, queso, etc.,… ummmm para que les cuento…
Pero mayo no solo nos provee del choclo; también de las habas tiernas del que se puede hacer el Shinti, habas cocinadas en agua con sal que es una fuente de satisfacción gustativa insaciable. O un sudado de habas salpicadas con huevos con una porción de arroz. En fin,  mayo es el mes de la exuberancia que deben aprovechar nuestros paisanos para visitarnos y al mismo tiempo disfrutar del campo, del sol y de buena comida casera.
Mayo es el mes que me recuerda las interminable cosechas de maíz, el corte del maizal (Calchay), las mismas que eran ordenadamente colocadas de pie (Arcu) para luego para despancarlas (Tipí). Luego venía la siega del trigo, la era en la que muchas veces nos agua la fiesta la inesperada lluvia que hacía difícil salir con el trigo en los sacos de jerga. Mientras los campesinos salían de casa grande con sus baldes de mazamorra (Api) de calabaza y sus borracheras a cuestas.

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